La energía termoeléctrica es, en esencia, aquella forma de energía que se consigue a través de la liberación del agua mediante un material combustible que mueve un alternador, produciendo así la electricidad.
Así, esta forma de energía se ha utilizado a lo largo de la Historia para infinidad de funciones como, por ejemplo, abrigo; fabricación de instrumentos; iluminación; o sustento alimenticio. Y, como todas las demás formas de energía, esta presenta sus propias particularidades y ventajas y desventajas.
En este artículo, entonces, desde caleuche.es te explicamos detalladamente en qué consiste la energía termoeléctrica y cuáles son sus principales pros y contras. ¿Te interesa? Pues lee con atención porque, ¡empezamos!
Los pros
Antes de nada, hay que decir que la energía termoeléctrica es, como hemos adelantado en la introducción de este artículo, aquella forma de energía que produce electricidad a través de la liberación del agua por medio de un aparato que se acciona con material combustible. Así una de las principales ventajas de esta forma de energía respecto a otras como la eólica o la hidroeléctrica es que la fabricación, producción, e instalación de las plantas y centrales termoeléctricas resultan bastante más baratas y, además, se llevan a cabo en menor cantidad de tiempo.
Otra gran ventaja de las plantas y centrales termoeléctricas es que es posible llevar a cabo su instalación en zonas de los alrededores o proximidades de regiones de consumo, disminuyendo de esa manera el precio de las redes de líneas de transmisión y también el de las torres eléctricas. Además, estas centrales y plantas termoeléctricas no dependen del clima para su funcionamiento y producción de energía eléctrica y, por otro lado, son capaces de producir una gran cantidad de electricidad emitiendo menor cantidad de CO2 (carbono dióxido) y gases de efecto invernadero, por lo que, sin llegar a considerarse una forma de energía renovable (ecológica; verde; respetuosa con el medio ambiente; considerada con el cambio climático; etc.), sí que resulta menos contaminante que muchas otras formas de energía.
Por otra parte, la electricidad que se genera en las plantas y centrales termoeléctricas aumenta progresivamente con la misma cantidad de material combustible, y resulta bastante sencilla de transportar desde la zona en la que se recoge hasta la planta de producción (y de allí a los hogares de España).
Los contras
Y, en lo que se refiere a las partes negativas del uso y producción de la energía termoeléctrica, hay que decir que se trata de una forma de energía considerablemente dañina para el medio ambiente, pues, al hacer uso de diferentes combustibles fósiles para su producción, se liberan a la atmósfera gran cantidad de gases de efecto invernadero y otros tipos de contaminantes.
Además, la energía termoeléctrica puede llegar a tener un coste bastante elevado, aunque su precio depende en gran medida del precio de los diferentes combustibles fósiles que, como seguramente ya sabes, varía con el tiempo.
Por otro lado, hay que decir que estos combustibles fósiles no son renovables, sino que son limitados y, por ello, su uso queda limitado a la duración máxima de las reservas. Además, la energía termoeléctrica, genera emisiones de vapor y calor, con lo que el clima de los alrededores de la central termoeléctrica puede verse afectado y alterado, y también hay que decir las plantas de termoelectricidad vierten agua caliente y (en ocasiones) contaminada a los ríos cercanos, por lo que también suponen una amenaza en ese sentido.
Y, por último, también hay que decir que, aunque se ha mejorado mucho en este aspecto, el rendimiento de las centrales y plantas termoeléctricas aún no es todo lo elevado que debería, pues tan solo el 45 o 50 por ciento de la energía liberada en en el proceso de combustión de combustibles fósiles se convierte en energía eléctrica. Sin embargo, existe una variante de las centrales termoeléctricas llamada central de ciclo combinado de gas natural, y las de este tipo sí que pueden resultar bastante más eficientes y productivas.