El biogás es, en esencia, una forma de gas combustible producida de manera natural o a través de maquinaria especializada mediante la biodegradación de materia orgánica como, por ejemplo, residuos vegetales o animales.
Así, este gas tiene diferentes usos y, como es lógico, también presenta sus propias ventajas y desventajas.
En este artículo, entonces, desde caleuche.es te presentamos todo lo que necesitas saber acerca del biogás. ¿Te interesa? Pues lee con atención porque, ¡empezamos!
Índice
Biogás: ¿qué es y qué características presenta? ¿cuál es su composición?
Como hemos adelantado en la introducción de este artículo, el biogás es un tipo de gas combustible generado naturalmente o con dispositivos especiales. Así, este tipo de gas presenta una serie de características entre las que podemos mencionar, por ejemplo, que se trata de una mezcla de dióxido de metano con CO2 (carbono dióxido). Además, se utiliza como combustible y, como la mayoría de gases, también tiene potencial para generar grandes cantidades de electricidad. Por otro lado, hay que decir que el biogás se produce al biodegradar diferentes formas de materia orgánica (animal, vegetal,etc.) y, por lo general, este proceso se da en vertederos.
Por otra parte, en lo que se refiere a la composición y proceso de producción del biogás, hay que decir, primero, que su composición se conforma de un 50 o 60 por ciento de metano y de un 50 o 40% de CO2. Sin embargo, también posee ciertas cantidades de O2 (oxígeno); H2 (hidrógeno); H2S (sulfuro de hidrógeno); y N2 (nitrógeno). Y, en cuanto a su proceso de producción, hay que decir este que se compone de un total de 4 fases o etapas diferentes: la hidrólisis, la primera; la acidogénesis, la segunda; la acetogénesis, la tercera; y la metanogénesis, la cuarta.
En la fase de la hidrólisis, los diferentes compuestos orgánicos atraviesan una misma pared celular y, tras una serie de procedimientos, la materia orgánica pasará a convertirse en compuestos orgánicos solubles.
La acidogénesis, por su parte, consiste en convertir las moléculas orgánicas solubles generadas en la fase de la hidrólisis en diferentes compuestos para utilizarlos más tarde. Entre estos compuestos podemos destacar, por ejemplo, el H (hidrógeno) o el H-OOH (ácido fórmico).
La tercera fase es la de acetogénesis, y consiste en la conversión de otros compuestos como el C2H5OH (etanol o alcohol etílico) y varios ácidos grasos en compuestos menos complejos como, por ejemplo, el H (hidrógeno) o el C2H3O2 (acetato).
Y la cuarta y última fase, la de la metanogénesis, consiste en complementar el procedimiento de digestión anaeróbica a través de la producción de metano. Este proceso, por cierto, se lleva a cabo en los biodigestores.
Biodigestores… ¿qué son?
Los biodigestores son un tipo de contenedores en los que se introduce materia orgánica para que se descomponga y acabe produciendo el biogás.
Así, estos contenedores pueden llegar a tener capacidad de más de 2.000 metros cúbicos, y su principal ventaja respecto a otras formas de generación de biogás es que producen pocas emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero y, además, no requieren de demasiado personal para llevar a cabo sus funciones.
También hay que decir, por cierto, que existen biodigestores fabricados de forma casera, y que los primeros países en utilizarlos han sido Argentina; Alemania; Uruguay; China; y Brasil, entre otros.
Pros y contras del biogás
Entre las principales ventajas de esta forma de gas podemos mencionar que es poco contaminante y es una fuente constante de energía. Además, puede utilizarse en las cocinas y es una gran fuente de ingresos para los agricultores y, por otro lado, puede ser un sustitutivo del petróleo y sirve para la generación de fertilizantes.
Y, en cuanto a sus puntos negativos, los más relevantes son que el sistema y herramientas de almacenamiento del biogás en muchas ocasiones suele tener un coste de producción, fabricación, compra, instalación y mantenimiento bastante elevados. Y, además de eso, se generan grandes emisiones de CO2 durante todo el proceso de producción de CO2.