Un presupuesto, aunque tiene varios significados, es, en esencia, el cálculo anticipado del coste de una obra y/o servicio. Así, los trabajadores por cuenta propia o autónomos han de darle mucha importancia a la elaboración de presupuestos, pues constituye su principal carta de presentación y, además, supone la primera toma de contacto con un posible comprador. Los presupuestos, entonces, son documentos de gran relevancia, especialmente para aquellos trabajadores por cuenta propia cuya actividad profesional se base en la venta de productos o en la prestación de servicios. Por eso, hoy desde Caleuche.es te traemos este artículo en el que te explicamos al detalle en qué consisten los presupuestos, qué pasos tienes que dar para elaborar uno y cuáles son los criterios que has de tener en cuenta para fijar sus precios. ¿Te resulta interesante? Pues lee con atención porque, ¡empezamos!
Índice
Tipos de presupuestos
Podríamos decir que existen 2 tipos grandes de presupuestos: los presupuestos familiares, por un lado; y los presupuestos de mano de obra, por el otro. Así, para elaborar un presupuesto familiar habrán de tomarse en consideración todas y cada una de las operaciones económicas que puedan efectuarse, así como los salarios de cada uno de los miembros de la familia, la hipoteca y el alquiler.
Los presupuestos de mano de obra, por su parte, sirven para hacer un cálculo exacto de la cantidad de horas de trabajo que se necesitarán para terminar un proyecto, obra o tarea, y se lleva a cabo desglosando la mano de obra de cada uno de los trabajadores implicados en el proyecto. Ejemplos de este tipo de presupuestos son, entre otros, los de pintura; fontanería; electricidad; construcción; reformas; y albañilería en general.
Fijación de precios
La fijación de precios de un presupuesto va en función de diferentes criterios entre los que podemos mencionar como los más importantes los siguientes: el margen de beneficio; las promociones; la cobertura de costes; y el precio de mercado. Así, el margen de beneficio dependerá en gran medida de la estrategia comercial del trabajador o empresa en cuestión. Las promociones, por su parte, sirven para atraer más clientes, mientras que los costes tienen que ser examinados con carácter previo al trabajo. Y, por último, es importante hacer un análisis de lo que están dispuestos a pagar los posibles compradores para establecer así un precio a nuestros productos y/o servicios.
Elementos clave del presupuesto
Hay ciertos apartados o elementos de un presupuesto que resulta obligatorio incluirlos en el informe final y otros que son opcionales. Entre los elementos que tienen que aparecer sí o sí podemos mencionar los datos personales básicos del cliente (nombre y apellidos; fecha de nacimiento; dirección de residencia; Documento Nacional de Identidad; CIF (Cost, Insurance and Freight, o Coste, Seguro y Flete, en nuestro idioma; etcétera); el importe a desglosar sin IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido); el método de pago; los datos de la empresa o de la entidad prestadora del servicio (correo electrónico; domicilio fiscal; teléfono; Número de Identificación Fiscal; etc.); y el concepto (los detalles del servicio y/o producto).
Además, deberás incluir también la tarifa aplicada a cada uno de los precios; el logo de la empresa; la fecha en la que se elaboró el presupuesto y a quién o quienes va destinado; las garantías y otras disposiciones legales; la descripción del trabajo especificando cada partida; notas (opcionales); y, por último, un agradecimiento y despedida.
Explicados ya los elementos obligatorios de todo buen presupuesto, pasamos a detallar algunos de los apartados opcionales que puedes añadir y que harán más atractivo y elegante tu informe. Son estos: el formato (existen diferentes formatos para el documento del presupuesto); el plazo de entrega (incluirlo añade valor al informe); las condiciones legales (para evitar cualquier tipo de malentendido o problema legal); y las garantías y soporte técnico (para aquellos productos y servicios que los requieran).
Estructuras de los presupuestos
Y, para terminar, hay que decir que existen dos estructuras principales para elaborar un presupuesto: la estructura simple (con encabezado, descripción y final), por un lado; y la estructura compleja (con introducción, descripción, metodología, ejecución y formas de pago), por el otro. Así, la elección de nuestro formato de presupuesto deberá tomarse teniendo en cuenta la clase servicio y/o producto que ofrezcamos.